“Lo que no se mide, no se puede mejorar”
En el proceso de la implementación de medidas de eficiencia energética resulta indispensable realizar mediciones para determinar los pasos a seguir con el fin de reducir los consumos energéticos haciendo un uso inteligente y racional de la energía. Una actividad que redunda en beneficios ambientales, en la preservación de recursos naturales y en una mejor administración del erario público. Para ese menester es necesario contar con instrumental adecuado y con personal entrenado en su manejo, y así obtener un óptimo aprovechamiento.
William Thomson Kelvin (Lord Kelvin), físico y matemático británico (1824 – 1907) acuñó la frase: "Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre". La medición es imprescindible en los sistemas de gestión y en particular en la gestión de la energía, como así también es fundamental en la aplicación de los procesos de mejora continua.
Utilizar tecnologías como Internet de las cosas (IoT por sus siglas en inglés) brinda información que se recaba a través de sensores y que se analiza para proponer uso eficiente de energía en un perímetro, sin importar que tenga uso comercial o sea casa-habitación.
Solo hay un planeta Tierra y lo que más nos conviene es cuidarlo. ¿Por qué no utilizar tecnologías como IoT para lograr eficiencia energética? En este sentido, IoT nos mete de lleno en la 4ª revolución industrial, ya que involucra integrar tecnología digital en la industria.
Hoy, desde que están en obra, hay edificios que incorporan sistemas que administran la construcción (BMS por sus siglas en inglés), con ellos es posible controlar y automatizar los equipos electromecánicos que le dan servicio.
Ya que están listos para habitarse, cuentan con tecnología para controlar el sistema climatizado (HVAC por sus siglas en inglés) que utiliza termostatos, también se hace control de Iluminación o de persianas, para garantizar un consumo de energía que sea lo más eficiente posible.
Por ejemplo, para conseguir un nivel considerable de eficiencia energética, se puede regular el nivel de iluminación de un edificio según la luz natural que se tenga en el mismo, y especialmente si se combina con horarios establecidos de antemano.
La tecnología IoT va desde sensores para registrar la temperatura y medir el consumo de dióxido de carbono (CO2) que se hace en la instalación. Al llevar un registro en tiempo real, es posible mejorar la eficiencia energética del espacio donde se controla.

Aplicación de IoT para eficiencia energética
La información que se recopila mediante sensores y software puede analizarse para modificar parámetros del lugar y tener referencias reales para tomar decisiones más inteligentes y hacer un mejor uso de la energía. Los datos precisos que se obtienen de temperatura, humedad y CO2 permiten al habitante del lugar preparar estrategias para manejar una eficiencia energética.
Si se aplica analítica predictiva a la información que recaban los sensores incluso puede ayudar a predecir cuáles serán los consumos promedio que se hacen ahí, establecer el rendimiento de los equipos y programar a mediano plazo los pagos que hay que hacer de electricidad y agua.
Dos de las tendencias que abordó la empresa fueron la descarbonización (búsqueda de reducción de carbono en el ambiente) y la descentralización (apertura a nuevas fuentes de energía).
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